Sé lo que tengo, lo que hago, lo que soy!

Cae una gota sobre el cuerpo de la india bella y grácil que con cabellos de río, ojos verde selva, labios rojos barro, piel blanca y olorosa a café, dulce como la miel y suave como la gloria, grita con la lluvia el recuerdo de sus partos, se cubre de velo niebla,  esperando la visita de sus mansos hijos que se fueron hace tanto. El suave cuerpo de la diosa es de curvas un encanto, de historia un misterio, de sus lugares un remanso, paz  que embruja a sus visitantes en un eterno contacto. Mas allá del arco iris mas allá de las montañas mas allá de lo imaginablemente bello te hallas tú.  C uerpo de diosa  indígena que en tu vientre me albergaste tantos años, en tu inocencia y transparencia, en tu alegría y modestia. Los recuerdos que me unen a tu cuerpo a tu aliento, a tu magia, a tu piel, hacen que sea tuyo. Soy de ti mi dulce india, soy de ti mi amada novia Queniquea eres gloria de recuerdos invencibles. Humberto Chacón...

Llegó la primavera y con ella los más intensos deseos de descubrir nuevas experiencias. Llegó la primavera y con ella, los sueños de un iluso humano, que persiguiendo nubes pretende besar ángeles. Llegó la primavera y el r astro de tu recuerdo en olores, sabores, texturas y canciones. Llegó y con ella la polución que bañando cuerpos reproduce los colores más sutiles que hacen de ésta la dueña de sensaciones pecaminosas. La naturaleza en su amor, en su éxtasis sexual hace que extrañe tu piel de mármol, tus ojos esmeraldas, tus labios de dulce carne. La primavera me arrastra a tu ilusión. Sentirte quiero, amarte quiero, por fin quédate junto a mi! Quiero que aparezcas ya! La soledad no perdona, se burla de mí hasta cuando duermo, en los sueños te veo junto a mí, despierto y ya no estás. ¿Es justo esto? Los colores son tu nombre y su aroma tu perfume, las flores son tu rostro, el viento mi alma consume. Mi blanca y fría dama, mi blanca e invernal nieve, m...