La chica del abrigo azul
Puntos negros a pasos rápidos recorrían en un va y ven las adyacencias del imponente acueducto de Segovia. Rostros serios, risueños, rígidos y somnolientos caracterizaban aquel paisaje. Yo en medio de aquel bullicio, entre caras de asombro, aburrimiento, indiferencia, tranquilidad y orgullo, observaba cada detalle de ese momento. Todo se movía en cámara lenta para mi. Mi ojos solo intentaban reconocer ante de aquel tumulto el misterio de encontrarme allí a espera de algún milagro, de alguna desgracia, de algún cambio. Yo asombrado por la normalidad de mi vida, decidí aventurarme en la búsqueda de algo especial que reavivara mi pasión, mi adrenalina, entonces como si por un milagro divino o por pura casualidad ante aquel tumulto monocromático, apareció ella: frágil y bella, vivaz e inocente, enigmática, con su paso grácil ante mi, su futuro amante, su siguiente víctima. Ante ella, el mundo de posibilidades de tener a quien quisiera, sin embargo, prefería jugar que amar, reír q...